El normalismo
La historia de la
educación normal en México da cuenta de instituciones y legado pedagógico con
gran arraigo en el pueblo de México y sus maestros, con tradiciones y cambios
frecuentes. Defender hoy el normalismo no es nostalgia anclada en un pasado glorioso,
sino imperativo ético para quienes nos formamos y transformamos en sus aulas.
En 1823 se funda la
primera Escuela Normal Lancasteriana, en la ciudad de México, y en Guadalajara
la escuela Normal Colegio de San José. En 1825 se crea la Escuela Normal
Lancasteriana de la Constitución, reconocidas como las más antiguas del país,
surge así, el concepto de normalísmo. En 1885, Ignacio Manuel Altamirano
presenta una propuesta que impactó al normalísmo, al contemplar el proyecto de
ley para la creación de la Escuela Normal con carácter nacional, un plan de
estudios, un presupuesto desglosado, la coeducación y el Decreto de creación de
la Escuela Normal de la Ciudad de México.
El normalísmo nos
indica un arraigo de servicio por nuestro país, es decir vendemos cada ciclo la
propuesta de dar un semillero de gente comprometida con la educación del pueblo
y para el pueblo, haciendo con esto una nación más capacitada.
Siempre que se habla
del normalísmo fuera del mismo normalísmo se hace referencia a maestros sin
compromiso, llenos de sueldos regalados por un trabajo inexistente en la
educación según ellos. Se tacha a los maestros de flojos, revoltosos,
incompetentes, bándalos, e incluso de no ser indispensables en este nuevo país
que busca tener más obreros y menos mentes. Cuando en esta sociedad se entienda
que un profesor tiene más responsabilidad social que un futbolista, cantante o
artista, daremos paso a una era de educación de calidad, ya que los recursos
serán volcados a la producción de profesionistas bien preparados que harán
crecer a nuestra nación, aportaran con su mente nuevas tecnologías
desarrolladas en México, descubrirán nuevos avances para la ciencia, aumentaran
el valor de nuestra moneda y podremos ser un país primer mundista.
Claro está que para
todo esto, primero se necesita dar al maestro el valor de columna vertebral en
la formación de nuevos profesionistas. El arte de enseñar no es fácil ni se entiende
como un arma vitalicia en el desarrollo de nuestro país. podemos dar el ejemplo
de Japón que después de la guerra mundial apostó su inversión total a la
educación, y en solo 26 años se convirtió en una poderosa nación que exporta
tecnología, ciencia y calidad humana.
México tiene el recurso
humano y debe cambiar el destino de su propio interés para dar al maestro la
voz que merece.
Experiencia en la
docencia.
Solo estando frente a
un grupo caemos en cuenta que un profesor es una herramienta muy importante en
la formación de un estudiante.
Cuando comencé a
practicar en mi grupo, tenía el conocimiento que la universidad me dio, sabía
que debía hacer, las herramientas estaban listas para ser usadas, era el
momento de hacer valer lo que con esfuerzo y dedicación aprendí. Me paré frente
al grupo, me presenté y comencé a hacer lo que siempre quise, dar clases. Las
opciones y consejos de mis profesores fueron muy útiles. Sentía que todo era
tal y como se plantea en mi formación.
Al paso de unas semanas
fui entendiendo que todo lo que había tomado como verdad absoluta, era solo una
guía para el funcionamiento de mi grupo. Me di cuenta que podía tomar mi estilo
propio y enriquecer todo ese conocimiento.
Tenía la oportunidad de echar a volar mi mente y desarrollar todas las
actividades que en mi formación como maestra había tenido en mente.
Tome por cierto que un
grupo implica muchas responsabilidades porque los niños van desarrollando un
afecto por el profesor que sabe entender sus necesidades pero que no permite
que sus mentes se desvíen y se pierdan fuera del aprendizaje, la forma de
enseñar que adopte es divertirme con ellos siendo siempre una figura de
autoridad con tolerancia y respeto mutuo.
Ahora siento que voy
más preparada para enfrentar al mundo pero con la raíz de mi saber siempre en
mente, me preparé bien en la docencia y podré superar los retos que la nación y
la sociedad estudiantil me demande.
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