viernes, 21 de mayo de 2021

Gael J. Ortiz Avila

El Normalismo


Después de la Revolución, durante las siguientes seis décadas, el normalismo y las escuelas normales ganaron prestigio junto con las políticas públicas de alfabetización y educación básica promovidas por el Estado posrevolucionario. Concluida la Revolución, al fundarse la Secretaría de Educación Pública, su secretario José Vasconcelos le otorga a la doctrina normalista nuevos valores: el maestro tiene la misión de promover la justicia y el bienestar de la sociedad.

En la actualidad en México, el futuro de las escuelas normales y el normalismo se ve incierto. Está claro que una sociedad sin educación es una sociedad ingobernable y que cualquier sociedad humana que deje de formar maestros se desintegra y muere de autonomía, es por eso que la educación normal a nivel superior es una responsabilidad ineludible del Estado. Está claro también que desde el gobierno actual no se podrá ejercer ninguna acción política efectiva para reformar las escuelas normales y potenciarlas como centros educativos.

Con respecto al normalismo, quizá sería preciso revisarlo para que sirva como una visión y un nuevo marco de referencia ideológico que guíe las acciones de las nuevas generaciones de educadores y educadoras en México. Se espera de las escuelas normales que se transformen en instituciones de educación superior, pero en lugar de apoyarlas en su proceso de cambio organizacional (creando estímulos para desarrollar programas de docencia, investigación y difusión educativa), se les margina y se les “deja a su suerte.” De esta forma, se les exige que planeen sus acciones, evalúen y certifiquen sus programas, pero al mismo tiempo no se les dan las condiciones necesarias para desarrollarse como auténticas instituciones de educación superior, tales como la autonomía, la libertad académica y la flexibilidad en sus formas de organización para cumplir con sus funciones sustantivas (docencia, investigación, difusión), ni los recursos materiales y financieros necesarios para su óptimo funcionamiento, de esta forma nos percatamos que el normalismo se esta deteriorando en ves de avanzar, por eso hay que luchar justamente para salir adelante, si una ves se pudo hace años atrás, por que no ahora hacer lo mismo.

Mi Experiencia Docente
Mi experiencia docente fue un reto y a la ves un sin fin de aprendizajes nuevos, mas que nada enfrentarse día a día al labor docente fue una de mis mejores formaciones educativas, aplicar los conocimientos aprendidos en la normal y en la vida diaria se aplican en todas partes, me siento feliz de haber escogido esta carrera porque como persona me siento importante dejando huellas a cada niño del salón de clases,  y lo mas importante es recibir de esos pequeños el amor y la confianza, brindar mis experiencias educativas con mis compañeros y maestros, de igual forma escuchar mejores opiniones para reforzar mis aprendizajes y clases.

Identificar los estilos de aprendizajes saber trabajar con cada alumno y sobre todo saber llevar a cabo un buen trabajo con niños con NEE ( Necesidades Educativas Especiales), no fue del todo fácil pero con el esfuerzo y dedicación, junto con el apoyo de los maestros uno sabe como trabajar con ellos y saber transmitir la enseñanza, me siento muy bien de haber tenido un mundo de experiencias que me ayudaron a comprender el sentido de la educación, de esa forma hecharle mas ganas y corregir los errores que he tenido.


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